Peñascal es una de las rompientes más poderosas de la costa peruana, con olas que pueden sobrepasar fácilmente los 4 metros cuando el mar se pone grande. Su fondo está formado por cantos rodados medianos y grandes, con una profundidad máxima de hasta 5 metros en la zona más alejada del point. A pesar de su agresividad, Peñascal alberga una enorme bodiversidad marina. Aquí te contamos sobre doce especies que se han adaptado a lo largo del tiempo para hacer, de esta bella rompiente, su hogar permanente.
1. Explosión de vida
En esta foto pueden reconocerse hasta 8 especies de invertebrados y 1 de pez (bien “caleta”). ¿Crees que puedas encontrar todas? Tenemos al balano o “pico de loro” Austromegabalanus psittacus cubierto por una colonia de esponjas amarillas, anémonas verdes y marrones Phymactis clematis, la anémona naranja Phymantea pluvia, dos especies distintas de estrella de mar Stichaster striatus y Heliaster helianthus, pequeños caracoles Tegula atra, un erizo negro Tetrapygus niger y un ejemplar juvenil del borrachito Scartichthys gigas, asomándose fuera de su escondite: un pico de loro vacío.
2. Loro negro (Oplegnathus insignis)
Este elegante pez fue alguna vez muy abundante en zonas rocosas de baja profundidad en todo el Perú. Hoy en día, solo puede ser encontrado con facilidad en algunos puntos de la costa e islas que tengan ciertas características especiales: abundancia de cuevas del tamaño correcto (ni muy pequeñas, ni muy grandes), disponibilidad de alimento (principalmente, picos de loro y erizos) y presencia de olas y corrientes. En el sur de Lima, suele vivir en zonas donde rompen olas grandes y fuertes como Pico Alto, El Paso y, por supuesto, Peñascal. En este video, se muestra un ejemplar juvenil; cuando crecen, pierden los patrones de banda y toman un color negro predominante con puntos amarillos o blancos.
3. Chita (Anisotremus scapularis)
Esta especie de pez, nacionalmente reconocido por sus bondades gastronómicas, es uno de los mejores adaptados al difícil ambiente de Peñascal, así como de otras zonas rocosas de baja profundidad en la costa peruana. El lugar preferido de la chita es, precisamente, dentro de la espuma formada por el encuentro entre las olas y el arrecife o la orilla. La próxima vez que una serie de olas esté a punto de vararte en la orilla de Peñascal, echa un vistazo bajo la superficie, quizás veas los cardúmenes de chita pasando a toda velocidad en el agua blanca.
4. Pintadilla (Cheilodactylus variegatus)
Fácilmente identificable por sus patrones de color y sus prominentes labios, la pintadilla es, probablemente, el pez de arrecife más común y abundante en la costa centro y sur del país. También es de las especies más curiosas, por lo que los ejemplares juveniles suelen acercarse mucho al observador. Puede adaptarse a todo tipo de ambientes, incluso en zonas de arena cercanas a arrecifes, y se alimenta principalmente de invertebrados como el “chorito” Semimytilus algosus, pero también puede comer algas verdes de la especie Ulva lactuca según la disponibilidad de comida a su alrededor.