Denuncian contaminación por aguas residuales en totorales de Huanchaco

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La Asociación de Pescadores Artesanos de Huanchaco (ASPAH) ha denunciado públicamente a la empresa estatal SEDALIBP por un nuevo vertimiento de aguas residuales en las pozas donde crece la totora, insumo para la construcción de los tradicionales caballitos de totora. Es el segundo caso en este 2025 y los afectados requieren soluciones urgentes.  

Javier Terrones, presidente de la Asociación, señaló a RPP que más de 80 pozas de totora han sido destruidas por las aguas servidas, lo que afecta directamente a más de 70 pescadores artesanales. “Lo que pedimos es que esas aguas sean derivadas a otra zona”, detalló, quien agregó: “Que se haga una limpieza general. Esta totora ya no crece, es un año de pérdida”.  

Además, es la segunda vez en el año con un caso de este tipo: el 8 de enero de este 2025, las lagunas de oxidación de SEDALIB se desbordaron y perjudicaron los humedales de Huanchaco en Trujillo y Santiago de Cao, Ascope. Con estas dos afectaciones, a la fecha, solo quedan 30 pozas activas en la zona, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de la pesca y el turismo relacionado. 

Por ello, la ASPAH ha presentado denuncias a entidades como la Fiscalía y la OEFA. Asimismo, han solicitado se declare emergencia ambiental la salvaguarda del humedal, reserva ecológica y espacio clave para la biodiversidad y el equilibrio hidrológico en la zona costera trujillana. 

El Caballito de Totora: Patrimonio Cultural 

Los Caballitos de Totora son embarcaciones utilizadas desde tiempos prehispánicos por los pescadores del litoral norte peruano. Son fundamentales para la pesca artesanal y el turismo en esta zona de La Libertad y su producción está seriamente comprometida por la contaminación denunciada. 

Además de su valor como herramienta de trabajo, estas embarcaciones son un símbolo de identidad cultural. Desde 2003, los Caballitos de Totora están reconocidos como Patrimonio Cultural de la Nación por el Instituto Nacional de Cultura. 

Su construcción depende exclusivamente de la totora, una planta que crece en los humedales costeros. Se necesitan 12 meses para que la totora crezca completamente, por lo que la pérdida denunciada compromete seriamente la producción, incluso, para el próximo año. Las actuales pozas activas son insuficientes para abastecer la demanda de los pescadores y del turismo local. 

Sin los humedales, no hay totora. Y sin totora, desaparecen los caballitos. Proteger este ecosistema no es solo una urgencia ambiental, sino también una medida clave para preservar una práctica ancestral y sostener la economía local. +

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