Pico Alto es la ola grande más emblemática del Perú y una de las mejores de América. Bajo las olas de “El Templo”, como la llaman los locales, existen hermosos paisajes submarinos y muchísima vida. En Hazla por tu Ola realizamos un monitoreo biológico rápido, mediante buceo en apnea, y pudimos identificar 41 especies entre peces, moluscos, artrópodos, equinodermos, ascidias, algas, anémonas, una esponja y una especie de coral. Además, identificamos parches de huevos adheridos a las piedras,
probablemente de los peces tramboyo o borracho, corroborando que Pico Alto es una zona de reproducción para ellos. La protección del RENARO nos ayuda a salvaguardar la biodiversidad que existe en el corazón de esta rompiente. ¡Conócela!
1) Anémona Oulactis concinnata, mostrando una coloración azul intensa. Esta especie también se presenta en color celeste, verde limón, lila, guinda oscuro, entre otros. A los extremos izquierdo y derecho de la foto también se ven otros individuos. Las anémonas, a diferencia de lo que se podría llegar a pensar, son depredadores y se alimentan de cangrejos, peces y otros animales que se cruzan por su camino.
2) En el centro, otra anémona Oulactis concinnata y a su derecha, una pequeña colonia de la anémona rayada Anthothoe chilensis, fijas al lado de una colonia de la ascidia Pyura chilensis, también conocida como “piure”. La anémona rayada es sumamente urticante: al tacto, libera una neurotoxina que causa fuerte irritación en la piel. Durante el buceo, hay que estar muy atentos a no tocarlas con el guante y luego tocarnos la cara. De hacerlo, ¡nos
llevaremos un tatuaje marino de souvenir que puede durar varias semanas!
3) La esquiva estrella de mar Patiria chilensis, endémica de Perú y Chile. Además de ser poco abundante, por sus colores, puede pasar desapercibida en el fondo rocoso. Tuvimos la suerte de poder fotografiarla en Pico Alto. En más de 13 años buceando en zonas rocosas en el centro del Perú, es la primera vez que la veo. Encontré 3 ejemplares en total, de los cuales solo 1 era fotografiable, ya que los otros estaban escondidos en pequeños
agujeros entre las piedras.
4) La estrella de mar de cinco brazos Stichaster striatus, muy común en los arrecifes de baja profundidad de la costa peruana, especialmente en el centro y sur. Es un voraz depredador, cuya presa favorita es el erizo. De chico, recuerdo que había decenas en las piedras muy cerca de la orilla en San Bartolo. A veces, veía cómo los veraneantes las sacaban del agua y las secaban para llevárselas de adorno a sus casas. Luego de eso, los erizos
negros invadieron la orilla, dejando un escenario mucho más incómodo y doloroso para esos veraneantes irresponsables, pero también para todos los demás.
5) Un grupo de pintadillas Cheilodactylus variegatus nadando tranquilas sobre una cama de rocas cubiertas por la lapa Crepipatella dilatata, el caracol Thaisella chocolata y pequeños parches del alga roja Phyllophorella humboldtiana. La pintadilla es uno de los peces de roca más comunes de las regiones centro y sur del Perú. Son bastante “generalistas” en su alimentación (pueden comer de todo), pero su alimento favorito son los choritos y los caracoles.
6) Un borrachito Scartichthys gigas observando a tímidamente a la cámara. Que no les engañe la mirada. A pesar de su pequeño tamaño, es un pez territorial que no duda en morder al buzo si este se encuentra demasiado cerca de su cueva. A veces, la enorme concentración requerida para obtener una fotografía (o una captura, cuando se está pescando), puede interrumpirse abruptamente por un mordiscón de borracho. Felizmente, no es lo suficientemente fuerte como para atravesar el traje de buceo.
7) En esta foto, una gorgonia o coral de agua fría de la especie Leptogorgia peruviana, parcialmente cubierta y rodeada por la ascidia amarilla Didemnum studeri. A su derecha, se ven huevos de peces, probablemente de borracho o tramboyo. A su izquierda, un erizo negro Tetrapygus niger, muy conocido por los surfistas por ser ese erizo que se clava en los pies cuando entramos o salimos del mar. Estos erizos son herbívoros, y se pasean por las piedras lentamente comiendo distintas especies de algas.
8) Más parches de huevos de peces adheridos a las piedras, de color blanco brillante. Luego de consultar con colegas buzos, concluimos que lo más probable es que se trate de huevos de borracho (Scartichthys gigas) o tramboyo (Labrisomus philipii). Ambos son peces bentónicos muy territoriales, que viven asociados a pequeñas cuevas en los arrecifes. Entre setiembre y noviembre, las piedras de zonas de rompiente tales como Pico Alto o Peñascal, se cubren casi por completo de estos huevecillos. A veces
son tantos que no queda espacio de dónde sujetarse de las piedras.
9) La ascidia amarilla Didemnum studeri forma grandes parches que cubren las piedras, a veces, por completo. En su interior, picos de loro de la especie Austromegabalanus psittacus, erizos negros y algunos caracoles Thaisella chocolata. Aunque sea difícil de imaginar, las ascidias están evolutivamente más cerca de nosotros los humanos que a las esponjas (a pesar de que se
parezcan más a ellas). Son cordados, lo cual significa que las larvas de ascidia tienen una cuerda dorsal (similar a lo que podría ser una médula espinal), que luego pierden cuando se asientan.
10) Terminamos con un reto. Entre las lapas Crepipatella dilatata, los caracolitos Tegula atra y las algas rojas, se encuentra oculto un cangrejo de la especie Cancer porteri. ¿Puedes encontrarlo? Una pista: está cerca de un erizo de la especie Arbacia spatuligera (único erizo en la foto).